Y no cabe duda que es muy cierto, pues sin importar el medio que sea, o a qué se dedique, el ser humano tiende a ser muy conformista por naturaleza, y en muchas ocasiones no le interesa sobresalir o demostrar la máxima capacidad de la que es capaz de tener, pues al no conseguir lo necesario para sobrevivir día con día se olvida de las prioridades profesionales obligándose a entregar trabajos mediocres o de una mínima calidad. Esto sucede en todas partes del mundo.Es muy triste ver, desde mi particular punto de vista, cuando algún compañero de trabajo o amigo, sea de la profesión a que se dedique, al momento de sobresalir, les corroe la envidia a sus demás compañeros y en lugar de felicitarlo se comienza a criticar y a demeritar sus logros que sus capacidades laborales o artísticas le llevaron a conquistar y sobresalir en su trabajo.

Desgraciadamente el mundo Editorial en México no se escapa a este estigma, y para mí ha sido muy triste el darme cuenta lo viciado que está nuestro medio a nivel artístico.Editorial Vid fue mi primer salón de clases de la vida real, y le llamo así porque a pesar de tener los consejos de Oscar y su papá, la experiencia era solo mía, pues trataba con los editores, escritores, entintadores, etc., y me percaté de que no todo era color de rosa en el mundo editorial. Recuerdo cuando entregué mi primer número completo (trazo y tinta) desperté los más bajos instintos de mis “compañeros” dibujantes (qué dramático ¿no creen? ) increíblemente me hice de enemigos sin proponérmelo, ya que la rapidez con la cual entregaba, (15 días tomando en cuenta mi novatés) el exigir un pago más justo y sobre todo no dejarme mangonear por los pseudoeditores repercutió en los demas dibujantes, quienes en lugar de preocuparse por la calidad de su trabajo, se dedicaban a criticarme y a tirar mala onda a diestra y siniestra esto, claro, cuando les daba la espalda.
En lo personal siempre creí que la mediocridad jamás tocaría a este fantástico mundo y hablo a nivel artístico, esto me decepcionó a nivel personal y lo peor, me podía viciar por la mediocridad con la que penzaban mis entonces “compañeros”.

Afortunadamente contaba con el apoyo de los González quienes siempre me recordaban el entregar el máximo en cada trabajo que hiciera, y Oscar papá me decía siempre una frase que hasta la fecha me retumba en mi cabezota: ” Siempre has tu mejor trabajo, ya que nunca sabrás a quién te puedes encontrar en cualquier momento, ni el trabajo que le vas a mostrar”. ¡Caray, creo que eso dice todo, ¿no? La moraleja de esta historia es que en este medio no nos podemos confiar, ya que es demasiado competitivo (como cualquier otro trabajo) y nunca sabes quien viene detrás de ti, ni la calidad de su trabajo, pues a diferencia de otros que se consiguen por recomendaciones, en éste la única recomendación que sirve es la de tu mano, pues claro está, que un diploma por más bonito que esté jamás podrá dibujar por ti.Por eso amigos colegas, en lugar de tener envidias y preocuparse si te dan trabajo o no, échenle ganas para ser los mejores.












